Si en el último post nos situábamos en Japón, hoy no me quiero quedar corta y por eso, te transporto al corazón de la ciudad conocida como “La Venecia del norte”, nada menos que Estocolmo.
Diciembre, su luz, el frío, café, manta… ¡qué mejor momento para conocer parte de la arquitectura nórdica, o el famoso “scandinavian home” que con tanta fuerza influye en el resto del mundo!
Antes de entrar, un pequeño inciso. Tenéis que fijaros en la luz…Hace días leí un artículo sobre el arquitecto Alberto Campo Baeza, al que nombraban “maestro de la luz”. En él, no me pudo gustar más la descripción que hacía National Geographic sobre la luz:
“elemento que, siendo gratis, es el más lujoso de los materiales”
Hoy, en la casa que os presento, la luz tiene un papel fundamental ya que multiplica el valor del espacio. (Para corroborar esta afirmación, fíjate en todas esas fotos que tienes guardadas en Pinterest.)
Sin más dilaciones, ¡empezamos!
La arquitectura de esta vivienda se empieza a observar en el exterior. El carácter neo-renacentista de finales del siglo XIX se mantiene tanto fuera como en el interior del inmueble. En el exterior, lo vemos en la horizontalidad y proporcionalidad empleadas, en las volutas de los extremos o en los dos óculos que culminan las dos fachadas.
En cuanto al interior, observamos varios aspectos interesantes. Empezamos por sus altos techos y grandes ventanales que combinados con la paleta de colores en tonos blancos aportan limpieza y sensación de amplitud al espacio; es más, llegamos a tener la sensación de que dicho interior queda empapado de luz. ¡Cómo de acogedores y atractivos se nos hacen estos espacios!
Otro aspecto que define el estilo escandinavo y que no deja de seducirme es que se opta por resaltar la originalidad de los diferentes materiales. Lo vemos en el suelo, ya que se pule y se deja al natural sin alterar su acabado o también en el blanco impoluto de las molduras de las puertas, techos y zócalo, que cobran mayor importancia al ser resaltados con este color.
Predominan las líneas rectas combinadas con líneas orgánicas de elementos puntuales. En este caso, en el baño mezcla los azulejos cuadrados con un lavabo curvo, mientras que en la cocina, la iluminación o la mesa auxiliar son el contrapunto perfecto a la pureza de las líneas rectas de la encimera o los armarios.
Finalmente, llegamos a la joya de la casa, el “fireplace” o la estufa revestida de azulejos. A pesar de que en muchas ocasiones están en desuso en beneficio de otras estufas más flexibles, tienen un valor estético muy interesante. Tal es su atractivo que, puede ocurrir que, como en este caso, se conviertan en el elemento protagonista de la estancia.
A veces no es necesario ocultar los materiales con los que se construye, ya que, como vemos en esta casa, pueden enriquecer su interior.
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p.d.: Atento a los próximos días porque debido a nuestro primer aniversario y a las fechas en las que estamos, aprovecharemos para dejarte un pequeño obsequio descargable que esperamos sea de tu agrado en el próximo post. ¡Hasta pronto!